Familia.

   Todos tenemos una persona, que no se sabe cómo, acaba siendo de la familia. 

   Una persona que sabemos que, pase lo que pase, va a estar ahí para ayudarnos cuando caigamos. Y, a su vez, nosotros estaremos ahí dispuestos a ir a por el que sea que le haga daño. Y cada una de sus lágrimas, serán mil rayadas nuestras. Estaríamos hasta las cinco de la mañana hablando con esa persona si estuviera mal y necesitara conversación, y nos darían igual las ojeras que eso conllevara. 

   Al igual que estamos juntas para los malos momentos, también lo estamos en los buenos. Esa sensación de seguridad de que va a ser una tarde genial con esa persona, ¡que nos vamos a reír tanto que nos dolerán las costillas!  Las mil fotos que nos haremos para inmortalizar cada momento irrepetible, único... Fotos que acabarán decorando un tablón de corcho para que nos despierten sonrisas nostálgicas dentro de unos años, porque echaremos la vista atrás y recordaremos todas las tonterías que nos hicieron incluso llorar de la risa.

   Pero quizá lo mejor es que nuestra locura es compatible. Cualquiera que nos vea desde fuera pensará que no estamos bien de la cabeza, y no se equivocará del todo... Pero la diversión no nos la quitará nadie. Cosas absurdas que se nos ocurren de repente y que solo entendemos nosotras. Y digamos lo que digamos no nos enfadamos, porque nuestra amistad está por encima del orgullo.

   Por eso y por mil razones más, esa persona llega a ser una hermana. Y nuestra historia es digna de ser escrita. Un best-seller jamás confeccionado, un relato en nuestras cabezas con forma de recuerdos.

Admiración.

   En mi opinión alguien digno de admiración es una persona que hace algo fuera de lo común, alguien que vemos superior porque ha conseguido algo de lo que nosotros nos vemos totalmente incapaces.

   Un bombero que se lanza sin dudar a una casa en llamas para salvar a las asustadas personas de su interior, y gracias a él viven un día más.

Un policía que ayuda a una pobre anciana a la que están atracando y se arriesga a un navajazo.

   Unos simples vecinos que sorprenden a todos ayudando a las víctimas del accidente de tren de Galicia. De esa forma se acelera la recuperación de supervivientes y muchos llegan a tiempo al hospital. Se lo agradecerán el resto de sus vidas.

Una madre que saca a su familia adelante tras el fallecimiento de su esposo, haciendo de tripas corazón para garantizar el bienestar de sus hijos.

   Un hombre que arriesga su vida para salir en patera de su país y poder trabajar y, así, enviar dinero a su familia para que puedan subsistir.

   Unos hombres que acuden a una central nuclear azotada por un tsunami para intentar contener los daños y evitar que se extiendan a la ciudad, lo que sería catastrófico, a pesar de que saben que se enfrentan a una muerte segura por la radiación.

   Un adolescente que no hace caso de los que le dicen que no podrá conseguir nada y se esfuerza más que nadie para llegar a sus metas. Cuando las consigue, les obliga a callarse a todos.

   Esas mujeres que se levantaron en la Revolución Francesa en el s.XVIII sentando lo que sería el precedente del movimiento feminista.

   Todos estos y mil ejemplos más despiertan admiración en nosotros. ¿Si estuviéramos en la situación de estos héroes habríamos actuado como ellos? Dejo la pregunta para cada uno.

Filosofía.

   Hoy en mis deberes de filosofía me planteaban la siguiente pregunta: "¿Cuál es el sentido de la vida?" Teniendo en cuenta mi edad no me considero apta para poder responder a esta cuestión pero sería interesante plasmar aquí una reflexión sobre ello.

   Yo creo que el sentido de la vida es, simplemente, vivir . Es decir, hacer las cosas que nos apetezcan juzgando si son correctas, teniendo en cuenta los pros y los contras. Estar a gusto con nuestras acciones y decisiones, aprender de nuestros errores para que se conviertan en aciertos y, así, conseguir cumplir las metras personales que nos vayamos planteado: acabar los estudios, viajar, etc.

   Por ejemplo, en mi caso, quiero dejar huella en la gente. Me encantaría dejar una parte de mí en las personas que conozco, influir de alguna manera en su comportamiento. Poder aportar algo a su forma de ser y que no se queden indiferentes tras conocerme. Además, me gustaría ayudar en todo lo que sea capaz a la gente de mi alrededor, que cuando tengan algún problema sientan la confianza de compartirlo conmigo y que yo, de alguna manera, les pueda aliviar la preocupación e intenta que se sientan mejor.

   Para terminar con esta pregunta me gustaría citar a algunos filósofos con los que comparto opinión sobre el tema:

   "La vida es como una obra de teatro: no es la duración sino la excelencia de los actores lo que importa."

   Séneca.
   
   "Los que obran bien son los únicos que pueden aspirar en la vida a la felicidad."

   Aristóteles.

El comienzo.

   Solo quería volar, ver mundo. Salir de todo y entrar en nada. Empezar a disfrutar de verdad. Dejarse de preocupaciones y evadirse, que la mente le diera un descanso. Amaba el arte, la historia, los idiomas, pero nadie le comprendía. No comprendían que no quería hacer algo que no le gustaba por muy bien que se le diese.

   Quizá solo quería un reto. Algo que le hiciera pensar por las noches pero que no le quitara el sueño, que le emocionara, que le hiciera desear que llegara el amanecer para luchar por un nuevo día. Pelear por cada segundo y tener un objetivo. Emocionarse por una meta y dejarse la piel por ella. 

   Aplausos, méritos, mentiría si dijera que no los busca. El éxito está hecho para ella y nadie se lo puede negar. Tiene algo especial, las ideas claras. Pocos pueden presumir como ella de no ser influenciable, de no dejarse llevar por los demás. Y es que cada idea que revela surge de una genialidad propia, de una chispa interna. Quizá no sea una idea muy increíble, pero surge de la originalidad y es capaz de crear proyectos impresionantes.

   Y, tras esta pequeña y escueta descripción de mí misma, aquí estoy, decidida a hacer un buen blog cuyos lectores dejen volar sus imaginaciones mientras lo leen. Hoy comienza todo.